jueves, 13 de agosto de 2009

Pan, Trabajo y Libertad.





Tal día como hoy, 13 de agosto, en 1976, un guardia civil pegaba un tiro en la cabeza a un joven almeriense, Javier Verdejo, militante de la Joven Guardia Roja, cuando pintaba en una pared el lema: "Pan, Trabajo y Libertad". Aquel lema, ilusión por la que luchaban los jóvenes durante la Transición, se redujo, como sucedió con la propia Transición y luego con el proceso autonómico, a una sola palabra. "Pan". No dio más tiempo a Javier terminar su pintada reivindicativa. Así con la autonomía y la democracia: concluida sin apenas arrancar. Tal día de ayer, Moncho Reboiras, dirigente de un Frente Cultural del partido nacionalista Union do Povlo Galego, era igualmente asesinado en 1975. Hoy son sólo dos nombres apenas con apellidos.



¿Por qué recordarlos? A pesar del peso que tiene la etiqueta y lo manoseada que ha sido a lo largo de la historia, son mártires, nos duela o no. Está claro que ya a pocos nos duele. En estos tiempos de bonanza, sólo unos pocos recordamos a personas que, como Javier y Moncho, perdieron sus vidas en el camino a un sueño con cuyas migajas hoy vivimos y retozamos.






C A N T A R __D E__ A M I G O



Di, noche, amiga de los oprimidos,


di, noche, hermana de los solidarios,


*


¿dónde dejaste al que ayer fue mi amigo,


dónde dejaste al que ayer fue mi hermano?


—Verde le dejo junto al mar tranquilo;


joven le dejo junto al mar callado.



Antonio Carvajal

No hay comentarios: